La resilencia en la empresa familiar

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Es cierto que es una de las palabras de moda: La resilencia.  Pero si hay un tipo de organización que mejor refleja este concepto es la empresa familiar gallega.  Este tipo de organizaciones, basadas en la apuesta de futuro de una familia empresaria, a partir de una idea de un o una fundador/a, tienen varias claves que les significan.

En primer lugar: El compromiso. Ante cada reto, cada dificultad, la familia empresaria se vuelca hasta agotar su último recurso. No abandonan el barco. Buscarán los medios y trabajarán dedicados en los asuntos y retos hasta sacarlos adelante.  Y este nivel de compromiso lo perciben todos los stakeholders que les rodean.

En segundo lugar: La adaptación.  Se adaptan a cada dificultad sabedores que, si hasta ahora han llegado hasta aquí, sabrán seguir adelante.  Adecúan equipo, medios, inversiones, organización y objetivos según cambian los factores o surgen las oportunidades del mercado. 

En tercer lugar: Actitud positivamente inconformista. Sus objetivos, sus metas, hacen que la empresa y su equipo vuelva hacia ellos. Son soñadores, creen en su capacidad y su experiencia, y confían en la senda que adoptan.  Cada día, es una oportunidad para estar más cerca de la meta. Y se tiene que aprovechar.

Y por último: No se rinden ante la adversidad.  Se busca la solución que sea precisa.

Esta cultura de resilencia de la empresa familiar gallega es, a mi modo de ver, una referencia para aquellos que en algún momento asumen la responsabilidad de dirigir un proyecto, una empresa, una organización.  Especialmente en estos duros tiempos que nos toca vivir, es toda un virtud a conservar día a día.

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