LOS AVALES COMO FÓRMULA PARA MEJORAR TU LIQUIDEZ
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El aval es una cobertura financiera que se contrata, ante la posibilidad de que se produzcan daños patrimoniales por la falta de cumplimiento de las obligaciones legales o contractuales por parte de quien lo contrata, por el que una entidad financiera se obliga, en caso de que se produzca el incumplimiento, a indemnizar al beneficiario de dicha garantía, la cual otorga suficiente seguridad jurídica a la transición comercial formalizada, dada la posibilidad de tener que compensar por los posibles perjuicios que pudiesen derivarse de dicha relación contractual.
Esta tipología de producto es muy habitual en negocios en los que se licitan proyectos de obra o servicio en los que un Contratista aspira a desarrollar una actividad consistente en proporcionar bienes o servicios a otra entidad, según los parámetros establecidos en la concesión de obra o servicio. La entidad receptora de dicho servicio, el conocido como Promotor o Contratante de la concesión, espera que la actividad se desarrolle tal como se establece en el condicionado de la propuesta.
La contratación de un aval le permite al beneficiario, en este caso el Promotor, el poder protegerse del correcto cumplimiento de las obligaciones que el Contratista ha asumido tras la firma de la concesión de dicho servicio. La supuesta cobertura que asume la operación financiera, a su vez, le podría permitir al propio Contratista el poder liberarse de la obligación de tener que inmovilizar un porcentaje del importe a abonar por el Promotor correspondiente al trabajo realizado, al haberse formalizado el buen término del servicio.
La formalización de los avales siempre va acompañada de la entrega de numerosa documentación referida al Contratista con la que se pretende demostrar tanto su solvencia técnica, la que se refiere a la ejecución de los trabajos, así como la económica en cuanto a su capacidad financiera para hacer frente al proyecto.
La contratación de este producto financiero le permite al beneficiario poder eliminar toda incertidumbre relativa a cualquier proceso de licitación o concesión administrativa mientras que al Contratista le sirve para determinar su capacidad técnica y financiera, de cara a reforzar la imagen de solvencia ante el Promotor del proyecto y, a su vez, poder liberar recursos económicos, una vez que el beneficiario ve garantizado la perfecta realización del servicio.
Los avales, además de poder garantizar el cumplimiento de parámetros contractuales establecidos en Licitaciones y Concesiones administrativas, también servirían para garantizar otro tipo de operaciones económicas como garantizar de manera anticipada posibles entregas a cuenta en forma de afianzamientos, el pago de deudas fiscales o aduaneras en base a las responsabilidades económicas derivadas de la disposición de mercancía.
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